lunes, 19 de noviembre de 2007

Suerte

¿Existe realmente la suerte? Este es un motivo de discusión entre filósofos, teólogos y físicos. ¿Por qué nos pasa lo que nos pasa? Yo creo que cada hecho tiene una causa real sin base en la suerte.
Los acontecimientos atribuidos por el hombre al azar, no son más que una incapacidad física y mental, para dominar las variables que operan tras estos hechos. Como por ejemplo, estar pensando en alguien cuando justo nos llama o aparece. En realidad este tipo de cosas tienen su causa en las capacidades de la mente para forzar acontecimientos, estas, están latentes en cada ser humano. Se llaman extrasensoriales y a pesar de ser tomadas por la gente como algo mágico, están reconocidas científicamente. Son llamadas así porque el diccionario define los 5 sentidos que conocemos como, aptitudes para captar por medio de órganos corporales, cosas externas.
¿Pero qué pasa con los sentimientos y sensaciones internas? Estos regulan nuestras actitudes y son captados de una forma que no tiene que ver con lo material, sino con aptitudes desconocidas de nuestra mente.

La suerte solo sirve para autoconvencerse de tener respuestas, cuando todo depende de variables que no podemos ver. Aún cuando jugamos a los dados, el hecho de que salga cierto nº, depende de la velocidad del movimiento del brazo, el peso y tamaño del dado, entre otros, físicos pueden corroborar este fenómeno.

Desde hace mucho tiempo el hombre necesitó “ayuda extra” para satisfacer sus necesidades, en aquellos aspectos donde, para tener éxito, se creía que otra voluntad debía interponerse, de allí surgen los amuletos. Un 99% de las veces que se los usa, es porque esa persona cree que los problemas que tiene, son solucionables por métodos ajenos a él. Pero los amuletos son sólo materia, y la razón de que se cumpla o no algo, está en el mismo ser, en su voluntad y actitud en la vida.

Ahora una historia simple a modo de ejemplo. Fernando TRÍAS DE BES y Alex ROVIRA CELMA, son licenciados en administración y dirección de empresas y escribieron un libro, en donde 2 caballeros, desafiados por el mago Merlín, deben encontrar un trébol de 4 hojas, para hacerlo tienen muchas aventuras y terminan por descubrir que para que la buena suerte llegue, hay que generar las condiciones necesarias, trabajar y aprender a crear la buena suerte, no es cuestión de azar.

En conclusión el título se suerte no es más que un tapón a la laguna de ignorancia, es pura y simplemente falta de información. Para mí, la mente es pura energía y debemos intentar lograr, como otros lo hacen, dominar este gran potencial, que sirve para desarrollarnos física y espiritualmente.

Sol Altuna

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